Es muy habitual en logística escuchar los términos almacén o centro de distribución en los mismos contextos. Y, más recientemente, tenemos que sumar también el fulfillment center. Sin embargo, son conceptos que a menudo se solapan. ¿Sabrías decir por qué?
Hoy te explicamos en qué consiste cada una de estas ideas y cuál es su papel en la cadena de suministro.
Tres espacios con funciones específicas: almacén, centro de distribución y fulfillment center
Se trata de tres conceptos logísticos cuya diferencia básica está en las funciones que realizan y el valor que aportan a la cadena de suministro. Vamos a verlos un poco más de cerca.
El almacén, o la custodia de mercancías
Un almacén es un espacio donde se albergan grandes cantidades de mercancía durante un periodo de tiempo variable, que puede ser bastante extenso.
Los almacenes suelen estar ligados a los centros de producción y son el lugar donde se deposita la mercancía para ser custodiada, en condiciones de seguridad, antes de que sean transportadas hacia el siguiente eslabón de la cadena de suministro.
Los almacenes tienen que estar dotados con personal cualificado para realizar las tareas básicas de recepción y verificación de mercancías, desplazamiento de la carga dentro del recinto, colocación y retirada de los productos, preparación de pedidos y consolidación de cargas y expedición.
Además, el almacén debe llevar un control exhaustivo del inventario en tiempo real, para asegurar el correcto funcionamiento de la cadena de suministro.
Si bien en el los almacenes del siglo pasado eran, básicamente, lugares donde guardar mercancía, los modernos almacenes del siglo XXI, más especializados y con un creciente grado de automatización, están preparados para aportar más servicios, más allá de ser un lugar para la acumulación de stock.
Importancia estratégica del centro de distribución
Los centros de distribución tienen capacidad para almacenar grandes cantidades de inventario. Suelen estar ubicados en puntos estratégicos, bien comunicados por carretera, ferrocarril o mar, tanto para recibir la mercancía como para distribuirla desde ahí a otros centros, más cercanos al destino final de la mercancía.
Son especialmente importantes cuando el centro de producción está alejado de los puntos de distribución de la mercancía. Es el caso, por ejemplo, de productos fabricados en Asia que van a ser distribuidos en Europa.
La posibilidad de contar con centros de distribución ubicados en lugares clave simplifica la operativa, ya que permiten reorganizar la mercancía para ahorrar costes.
Este modelo de distribución en red, a partir de los centros de distribución, permite a las empresas tener mayor control sobre el inventario.
De ese modo, cuando se registra un pico de demanda en un punto, pueden acudir al centro de distribución disponer de existencias de forma rápida, evitando roturas de stock o largas esperas, cuando la mercancía tiene que ser transportada desde distancias más largas.
Su actividad está orientada a proveer a otros distribuidores, almacenes, comercios minoristas o centros de fulfillment.
El fulfillment center y el auge del ecommerce
Los fulfillment center se han popularizado en la medida que el comercio electrónico ha ido creciendo en los últimos años y transformando la cadena logística.
El fulfillment center se ocupa de recibir inventario (normalmente, procedente de un centro de distribución), procesar los pedidos, prepararlos y enviarlos, bien a otra empresa ((B2B), cuando se trata de un gran minorista que recibe un volumen importante de pedidos, o bien directamente al consumidor o cliente final (B2C).
Es habitual que una empresa con un alto volumen de pedidos vía ecommerce contrate los servicios de uno de estos centros, en calidad de operador logístico 3PL. De ese modo, externaliza la preparación de pedidos, la coordinación del transporte de última milla e incluso las devoluciones.
El fulfillment center está orientado a optimizar los procesos de preparación y entrega, cuidando la experiencia del cliente.
Subcontratar con un proveedor 3PL especializado en este tipo de servicio, permite a las empresas mejorar el servicio al cliente mientras se centran en aquellas actividades que le aportan más valor.
Almacenes del siglo XXI, más diversos
Hoy por hoy, los almacenes ya están muy alejados del concepto estático que se refiere a un lugar en el que simplemente se apilan mercancías. Se han convertido en espacios dinámicos, capaces de ofrecer valor añadido mucho más allá del mero almacenamiento de mercancías.
Los llamados almacenes inteligentes incorporan distintas tecnologías, gestionadas todas ellas por un software específico o SGA. De ese modo, centralizan las tareas en un único sistema, en el que se integran las distintas automatizaciones que se puedan ir implantando.
Esta progresiva modernización, hacia la que caminan, a más o menos velocidad, los almacenes actuales, explica la aparición de espacios mixtos que superan el antiguo concepto de almacén: lugares más versátiles, adaptados a las necesidades del mercado y con un alto nivel de automatización de procesos.
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