Hay muchas maneras de gestionar un almacén. Distintos criterios o técnicas para administrar tu inventario y asegurarte de que todo está bajo control. Hoy queremos presentarte las tres más utilizadas, conocidas por las siglas FEFO, LIFO y FIFO.
Elegir una u otra depende de muchos factores: el tipo de almacén, la naturaleza de la mercancía almacenada, los procesos de cada empresa, etc.
Pero las tres técnicas tienen el mismo objetivo: organizar las entradas y salidas de la forma más efectiva y hacer fluir la mercancía por la cadena de suministro.
A continuación te contamos en qué consiste cada una de ellas.
¿Cuál es tu sistema para organizar el almacén: FEFO, FIFO o LIFO?
Estas tres palabras (que son siglas en inglés según te contaremos a continuación) designan tres técnicas diferentes para gestionar un almacén.
Cada una de ellas pone el foco en un aspecto distinto, pero las tres tienen como finalidad optimizar el flujo de entrada y salida de mercancía de un almacén.
¿Las conocías? Te las presentamos.
FEFO (First Expires, First Out): atención a la caducidad
El método FEFO consiste en organizar la actividad del almacén de forma que se dé salida prioritaria a aquellos productos con una fecha de caducidad más cercana.
En este caso, la información más relevante de un lote de productos es la fecha de vencimiento.
Un método FEFO bien ejecutado evita costes extra por stock caducado, da salida a los productos teniendo en cuenta su obsolescencia y reduce el riesgo de que se deteriore la mercancía, una posibilidad que aumenta cuanto más tiempo pasa en el almacén.
Es una técnica muy ligada a la siguiente:
FIFO (First In, First Out): lo más antiguo sale antes
El siguiente criterio a tener en cuenta, una vez ya se han priorizado los productos con fecha de caducidad más cercana, es el de la antigüedad en el almacén.
Es decir, ante productos con idéntica fecha de caducidad, se daría salida primero a aquellos que entraron antes. Estaríamos aplicando la técnica FIFO.
Es muy habitual utilizar las técnicas FEFO/FIFO combinadas. Se aplica principalmente en almacenes que trabajan con productos perecederos, como los del sector de la alimentación, en los que una de las prioridades es mantener bajo control las fechas de caducidad de los productos.
También se utiliza en sectores como el de la cosmética o los medicamentos, o cualquier otro que deba tener en cuenta el ciclo de vida del producto.
LIFO (Last in, First Out): prioridad a lo más reciente
En este caso se aplica el criterio contrario, es decir, el último producto en entrar al almacén es el primero en salir. La mercancía recién llegada tiene prioridad sobre la que lleva más tiempo.
Se aplica únicamente a productos que no tienen fecha de caducidad y, además, no sufren deterioros por pasar un largo tiempo almacenados. Por tanto, aunque el inventario debe estar controlado, no es necesario mantener un control tan estricto sobre la rotación de material.
Un ejemplo puede ser el sector de los materiales de construcción. Este tipo de mercancía, almacenada en las condiciones adecuadas, puede mantenerse en perfecto estado durante un largo periodo de tiempo.
Normalmente los almacenes que se gestionan con el método LIFO tienen toda su mercancía paletizada y organizada por lotes. De ese modo se aseguran un mejor aprovechamiento del espacio disponible.
Dado que la mercancía se almacena por orden de llegada, en el caso de este tipo de productos, tratar de dar salida siempre a la mercancía más antigua supondría más tiempo y más desplazamientos. En este caso, un gasto de recursos innecesario.
Esta técnica sirve, además, para tener mayor control sobre el precio de los productos, especialmente aquellos que acusan la inflación, ya que pretende que el coste del último producto que se ha vendido sea igual al precio que se ha pagado por el último material comprado.
Un software para gestionar tu almacén (con la técnica que elijas)
Desde que las herramientas digitales llegaron para ayudar a mantener el control en toda la cadena de suministro, todas las operaciones son más sencillas.
En el caso de un almacén, no importa qué método de gestión se haya elegido: es necesario contar con un software que lleve el control de las entradas y las salidas, las ubicaciones, los lotes, las fechas de vencimiento, etc.
Para conseguir una eficacia total, el software genera un etiquetado muy preciso para identificar la mercancía, con información sobre su fecha de vencimiento, entrada al almacén, lote, etc., con el objetivo de establecer el orden de salidas.
Una vez implementado el sistema correctamente, los resultados llegan inmediatamente: más eficiencia, menos errores.
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