Si quieres que tu almacén facture más, ofrece más a tus clientes. Incorporar servicios que aporten un valor añadido puede ser el camino para conseguir que tu negocio crezca y se diferencie de la competencia.
En este post te contamos algunos de los servicios de valor añadido que puede ofrecer un almacén y cuáles son las ventajas ofrecerlos a los clientes.
¿Qué consideramos servicios de valor añadido en un almacén?
Un almacén moderno es mucho más que un espacio lleno de estanterías donde acumular productos.
Hoy en día en un almacén se llevan a cabo otras tareas adicionales que, convenientemente diseñadas y presentadas al cliente, aumentan el valor del servicio prestado y contribuyen a mejorar las cifras de negocio.
Para ofrecer este tipo de servicios es importante establecer una buena comunicación con el cliente, para comprender cuáles son sus necesidades específicas y poder satisfacerlas, diseñando o adaptando soluciones tanto organizativas como tecnológicas.
Los VAS, siglas en inglés de Value-Added Services, además de incrementar la facturación del negocio, son una forma de hacer crecer el prestigio de la empresa y una manera de fidelizar usuarios, ya que mejoran la experiencia y la satisfacción global de los clientes.
Estos son 5 servicios de valor añadido habituales en almacenes
Más allá del almacenaje de mercancías, los servicios que están ofreciendo los almacenes incluyen el embalaje y etiquetado personalizados, el montaje de kits, las pruebas y el control de calidad de los productos, la gestión de devoluciones y la gestión de inventarios..
También soluciones tecnológicas que el cliente demanda, como por ejemplo la integración EDI (Intercambio Electrónico de Datos) para mejorar la eficiencia y precisión de las operaciones.
Hoy queremos mostrarte algunos de los VAS más habituales. Son estos:
Cross-docking
El cross-docking consiste en recibir productos o materiales en un muelle y enviarlos inmediatamente desde otro muelle, es decir, la mercancía va directamente desde el muelle de recepción al de expedición, sin que llegue a almacenarse.
Ofrecer este servicio supone racionalizar recursos, ganar tiempo, reducir la manipulación del producto y minimizar las tareas de gestión y mantenimiento de inventario, con el correspondiente ahorro de costes.
Para el cliente se traduce, además, en una disminución notable en los tiempos de entrega.
Personalización del packing
El almacén puede encargarse de personalizar la mercancía antes de su expedición, para satisfacer las necesidades o preferencias específicas del cliente.
Hoy en día, el envío de un pedido al cliente final es un paso importante para diferenciarse de la competencia.
El almacén que ofrezca servicios de packing puede añadir extras para personalizar el envío: embalajes sostenibles, etiquetas, etiquetas con el logotipo o la marca del cliente, papeles o virutas de colores para proteger el envío, una tarjeta impresa con un mensaje personal, etc.
Con este servicio, el cliente puede hacer entregas únicas, expedidas desde el mismo almacén.
Creación de kits
En ocasiones, el cliente necesita combinar varios artículos o componentes en un único lote o kit.
Por ejemplo, cuando hay varios productos que deben ser vendidos juntos porque forman parte de una promoción u oferta especial. O simplemente artículos relacionados que se venden juntos con frecuencia.
Si el almacén ofrece este servicio se ahorra mucho tiempo, ya que los lotes se crean sobre la marcha y con flexibilidad, ajustándose a la demanda. Además, al reunir varios productos en un solo embalaje y hacer un único envío, los costes se reducen.
Control de calidad
Antes de proceder a la expedición de una mercancía, el almacén puede ocuparse de gestionar un control de calidad, es decir, inspeccionar los productos para garantizar que cumplen los estándares de calidad antes de enviarlos a los clientes.
Este control de calidad puede ser de mayor o menor complejidad, en función de las necesidades del cliente y la capacidad operativa del almacén, desde una comprobación visual de la mercancía hasta mediciones y análisis más específicos.
En este caso, el almacén debe conocer en detalle las normas de calidad del cliente y aplicar un plan de control de calidad riguroso, que permita detectar cualquier defecto en los productos.
También requiere una buena comunicación entre proveedor, almacén y clientes, de cara a garantizar la eficacia de los controles.
Logística inversa
El procesamiento de devoluciones (o logística inversa) también puede ser uno de los servicios de valor añadido que puede ofrecer un almacén.
La tarea incluye la recepción, inspección y procesamiento de los productos devueltos, así como la coordinación de las acciones necesarias para resolver cualquier problema relacionado con la devolución, ya que puede ser necesario reponer, reparar, sustituir o eliminar los productos devueltos.
Añade valor: eleva la oferta de servicios de tu almacén
Ten en cuenta que las empresas buscan proveedores y partners capaces de proporcionarles una relación comercial lo más satisfactoria posible.
Los servicios de valor añadido son una forma de fidelizar clientes, a la vez que mejora la percepción de la empresa y aumenta el volumen de negocio.
Solo recuerda que, para gestionar correctamente servicios más complejos, tu almacén tiene que estar preparado con soluciones tecnológicas a la altura.
¿Te gustaría que hablásemos más sobre esto? ¿Contarnos tu caso concreto? Fácil. Ponte en contacto con nosotros, estaremos encantados de asesorarte.