Un almacén descuidado y sucio, no solo supone un problema para la productividad del negocio. También es un peligro para la seguridad de los operarios.
En espacios muy grandes, llevar a cabo un mantenimiento regular de limpieza puede resultar un desafío importante, pero es necesario hacerlo para evitar males mayores, además de que resulta más agradable y satisfactorio para todos trabajar en un entorno bien organizado y limpio.
En el post de hoy queremos darte algunos consejos útiles para que organizar la limpieza del almacén resulte lo más sencillo posible.
Por qué es importante la limpieza en un almacén
Afirmar que el trabajo en un espacio despejado y libre de suciedad es más agradable e influye positivamente en la satisfacción de los trabajadores, no es ninguna novedad. Esto se aplica a cualquier sector y a cualquier entorno laboral.
Pero, además, la limpieza en un almacén es de vital importancia por varias razones.
De entrada, ayuda a mantener la seguridad en el centro de trabajo. Habrá menos peligro de accidentes, como caídas por resbalones o por tropezar con algo que no estaba en su sitio. Esto no es positivo solo para el trabajador, primer beneficiado. También es muy positivo para la empresa, que tendrá que afrontar menos bajas laborales en el año debidas a este tipo de incidentes.
Por otra parte, cuando todo está ordenado, los empleados pueden moverse más rápidamente y con mayor facilidad.
Nos referimos a pasillos libres de escombros o restos de embalajes o cajas que han quedado “en tierra de nadie”. Si se eliminan todas estas interferencias, el trabajador se moverá más rápido, podrá completar antes sus tareas asignadas y la productividad general mejora.
Y hay que tener en cuenta otro ingrediente: ¿qué impresión va a llevarse el cliente que visita el almacén si las instalaciones están sucias y descuidadas? También hay que poner en la balanza la imagen de la empresa, fundamental para ganar la confianza de los clientes.
Limpieza para almacenes en 3 pasos
Bien, ya sabemos que adecentar el almacén es fundamental. Pero ¿cómo se puede organizar para que sea sostenible en el tiempo y las instalaciones siempre estén limpias? Para empezar, podríamos dividirlo en 3 pasos:
Limpieza regular y programada
Nos referimos a la rutina de limpiar el almacén en tiempos establecidos. Esto puede variar dependiendo de las necesidades específicas de cada instalación. Por ejemplo, algunas áreas pueden requerir una limpieza diaria, mientras que otras pueden requerir una limpieza semanal o mensual.
La idea es tener previsto en la organización de tareas un tiempo para la limpieza, de modo que se convierta en una parte más de las operaciones del almacén, siempre de forma que no interrumpa otras actividades.
Por ejemplo, las áreas de alto tráfico, como los pasillos y las estaciones de trabajo, podrían barrerse al final de cada jornada de trabajo, mientras que las áreas menos utilizadas, como zonas de almacenamiento a largo plazo o menos transitadas, podrían programarse para una limpieza más profunda una vez a la semana.
Otras con un alto volumen de actividad, como las áreas de embalaje y envío, pueden requerir mayor frecuencia de limpieza.
Limpieza inmediata: derrames y desechos
En un almacén, en cualquier momento puede haber un derrame o acumularse material de desecho que, si no se retira, puede provocar un problema. En esos casos no se debe esperar a la limpieza programada, sino proceder inmediatamente.
Según el tipo de actividad, puede ser interesante tener equipos de limpieza disponibles en todo el almacén y capacitar al personal sobre cómo manejar adecuadamente los derrames y los desechos.
Por ejemplo, si se vierte un líquido (no hablamos de sustancias peligrosas, que requieren tratamiento especializado), los empleados deben saber cómo usar absorbentes para limpiar el derrame de manera segura y eficaz.
Mantenimiento de las herramientas y equipos de limpieza
Para que la limpieza sea efectiva, hay que contar con tener el equipo disponible, a mano y en buen estado.
Hay que tener en cuenta que se trata de limpiezas industriales en las que se utilizan, según los casos, barredoras, aspiradores industriales, hidrolimpiadoras…
Esta maquinaria requiere también un mantenimiento regular, vaciado de depósitos, vigilancia de los filtros y reposición de piezas gastadas o dañadas.
Aparte de los 3 puntos comentados anteriormente, resulta esencial tener implementado un sistema de gestión de residuos que garantice que se eliminan de la manera adecuada y cumpliendo las normativas.
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