Claves para el almacenamiento de residuos peligrosos

5 claves para el almacenamiento de residuos peligrosos

En un almacén, dependiendo de su actividad, puede ser necesario gestionar residuos que implican riesgos significativos si no se manejan adecuadamente. Gestionar residuos peligrosos es uno de los aspectos más críticos de la gestión logística.

Hablamos de residuos de diverso tipo, desde sustancias químicas hasta materiales biológicos contaminados. ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta para un almacenamiento responsable, seguro y eficiente? Vamos a verlo en este post. 

 

Qué son residuos peligrosos: atención a estos 5 tipos

Los residuos peligrosos son aquellos materiales que, debido a sus características físicas, químicas o biológicas, representan un riesgo significativo para la salud humana o el medio ambiente si no se manejan adecuadamente.

Estos materiales pueden ser generados por una amplia gama de actividades humanas, como la industria, la agricultura, la atención médica o la construcción. 

Por tanto, es habitual que los almacenes que dan servicio a este tipo de actividades se conviertan en puntos de almacenamiento para determinados tipos de residuos peligrosos, ya sea temporalmente antes de su disposición final o como parte de otros procesos logísticos.

Es importante tener en cuenta que la peligrosidad de un residuo no depende únicamente de su composición química, sino también de factores como la cantidad generada, la forma de manejo o el entorno en el que se encuentran. Por lo tanto, es fundamental identificar correctamente los residuos peligrosos y seguir las normativas y buenas prácticas establecidas para su manejo seguro y responsable.

¿Y cuáles son estos residuos? Podemos agruparlos en 5 tipos: 

  • Residuos químicos: por ejemplo, productos químicos industriales, como disolventes, ácidos, bases y productos de limpieza. También, residuos de pinturas, tintas y disolventes utilizados en procesos de acabado y pintura. Otro tipo de residuos químicos son los pesticidas, herbicidas y también los fertilizantes o productos farmacéuticos vencidos o no utilizados.
  • Residuos biológicos: se consideran residuos los materiales biológicos contaminados, como desechos médicos y de laboratorio que pueden contener patógenos infecciosos, así como los desechos orgánicos que producen gases tóxicos durante su descomposición.
  • Residuos radiactivos: se utilizan en campos como la medicina, la investigación científica o la industria nuclear. El almacenamiento de este tipo de residuos es una actividad de alta especialización, debido a los riesgos asociados a la radiación que emiten estos materiales. 
  • Residuos construcción y demolición: los RCD, o Residuos de Construcción y Demolición, son materiales utilizados en el sector de la construcción, que contienen sustancias peligrosas como amianto, plomo o mercurio. También son RCD los residuos de demolición que pueden contener polvo, escombros o materiales contaminados.
  • Residuos electrónicos: este tipo de residuos, también llamados e-Waste, son los equipos electrónicos desechados, como computadoras, teléfonos celulares, baterías y componentes eléctricos, que pueden contener metales pesados y otros materiales peligrosos.

 

Claves para el almacenamiento de residuos peligrosos

Los requisitos de almacenamiento son diferentes según el tipo de residuo que se tenga que gestionar, ya que necesitan enfoques específicos en términos de identificación, manejo, almacenamiento y disposición final, es decir, su tratamiento, eliminación o almacenamiento permanente una vez que ya no son útiles.

Por lo tanto, es crucial adaptar las prácticas de almacenamiento a las características únicas de cada tipo de residuo peligroso. En este punto es fundamental consultar con expertos en gestión de residuos, así como contar con personal cualificado para su manejo.

No obstante, en líneas generales se pueden establecer estas 5 claves básicas para el almacenamiento de residuos peligrosos:

 

1. Seguridad y protección

Es fundamental el uso de equipos de protección individual (EPI) apropiados, que pueden incluir guantes, gafas de seguridad, máscaras respiratorias y trajes protectores. 

En cuanto a las instalaciones, deberán diseñarse los sistemas de ventilación adecuados para minimizar la exposición a vapores o gases peligrosos. También son obligatorias las medidas de prevención de incendios, como el almacenamiento adecuado de materiales inflamables lejos de fuentes de calor y la instalación de sistemas de extinción apropiados. 

>> Consulta estos 5 consejos de prevención para almacenes.

Las medidas de seguridad y protección no solo protegen al personal involucrado en la gestión de residuos peligrosos, sino que también ayudan a prevenir incidentes que podrían resultar en daños al medio ambiente y a la comunidad.

 

2. Identificación y clasificación correcta

La identificación precisa implica conocer la composición química y las propiedades físicas de los residuos, lo cual permite determinar los riesgos que representan y establecer pautas seguras para su manejo.

A partir de ahí, se deben etiquetar adecuadamente en sus contenedores durante todas las etapas de su gestión. Una identificación y clasificación precisas son fundamentales para cumplir con las regulaciones ambientales y garantizar la seguridad.

 

3. Selección de contenedores adecuados

Se deben utilizar contenedores diseñados específicamente para el tipo de residuo peligroso que se está almacenando. Estos contenedores han de ser resistentes a la corrosión, estar sellados herméticamente e identificarse con etiquetas claras y visibles, que contengan la información relevante sobre el contenido y los riesgos asociados.

 

4. Organización del espacio de almacenamiento

Una organización adecuada facilita la identificación rápida de los materiales y reduce el riesgo de accidentes y derrames.

Se deberá estudiar la división del área de almacenamiento en zonas específicas para diferentes tipos de residuos, mantener un ambiente limpio y ordenado, utilizar sistemas de almacenamiento seguros y diseñar el espacio para permitir un fácil acceso y circulación del personal y los equipos. 

 

5. Cumplimiento normativo

Los almacenes deben cumplir con todas las regulaciones y normativas locales, nacionales e internacionales relacionadas con el almacenamiento de residuos peligrosos. 

Esto incluye el Reglamento REACH y el Reglamento CLP a nivel de la Unión Europea, que establecen criterios para el registro, evaluación y etiquetado de sustancias químicas peligrosas. 

En el ámbito nacional, en España se debe observar la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados y el Real Decreto 833/1988, que establecen el marco legal para la gestión de residuos, con requisitos específicos para su almacenamiento de residuos peligrosos.

 

Los residuos peligrosos, un reto para el almacenamiento

Adoptar prácticas seguras y cumplir con las normativas vigentes es esencial para cualquier empresa de almacenamiento. Por tanto, asesorarse con profesionales antes de emprender la actividad o para valorar cualquier aspecto concreto, siempre es lo recomendable.

Si tienes un almacén y necesitas mejorar cualquier aspecto de su gestión, consúltanos. Ponte en contacto con nuestro equipo y te asesoramos sin compromiso.

Sistema de etiquetado en un almacén

¿Por qué es importante tener un buen sistema de etiquetado en un almacén?

Un buen sistema de etiquetado ahorra muchos quebraderos de cabeza a los gestores de un almacén. Imagina un almacén sin etiquetas claras y precisas: un laberinto caótico donde la búsqueda de productos se convierte en una tarea titánica y los errores de inventario están a la orden del día.

Si no tienes que hacer un gran esfuerzo de imaginación, quizá es lo que sucede en tu almacén más a menudo de lo que desearías. Entonces, este es el post que necesitas.

 

Razones por las que el etiquetado es clave

El etiquetado en un almacén no es simplemente adherir una pegatina a un producto. Va mucho más allá: es el sistema nervioso que conecta cada elemento del inventario, permitiendo su identificación, localización y seguimiento desde que se recibe la mercancía hasta que se expide hacia su destino final. 

La diferencia entre un almacén eficiente, donde cada mercancía se encuentra en el lugar previsto, y otro en los que se amontonan productos embalados o sin embalar, ocupando espacio de forma desorganizada,  muchas veces está en algo tan aparentemente sencillo como el etiquetado.

El etiquetado también garantiza que los clientes reciban el artículo que han pedido y cualquier otro, que se ha colado en un embalaje etiquetado erróneamente. 

Para no perder tiempo, ni dinero, ni acumular errores que dan una pésima imagen ante el cliente, etiquetar correctamente es un paso imprescindible. Estas son las 4 principales razones por las que es tan importante contar con un sistema de etiquetado eficiente:

  • Identificación clara: desde códigos de barras hasta etiquetas RFID (identificación por radiofrecuencia), el etiquetado garantiza que cada artículo sea fácilmente reconocible por el personal del almacén.
  • Localización precisa: las etiquetas incluyen información sobre la ubicación específica de cada artículo, como el número de estantería, pasillo o zona de almacenamiento, lo que facilita su recuperación rápida cuando sea necesario.
  • Seguimiento del inventario: también permite tener el control sobre la trazabilidad, es decir, hacer un seguimiento preciso del inventario en tiempo real, monitorizar la entrada y salida de productos y su ubicación dentro del almacén. 
  • Gestión de pedidos: durante el proceso de picking, el personal del almacén puede identificar y seleccionar rápidamente los productos requeridos y agilizar el proceso de preparación.

 

5 pasos para implementar un buen sistema de etiquetado en un almacén

De forma genérica, porque cada proyecto concreto tiene sus particularidades, estos son los pasos que se deben seguir para implementar un sistema de etiquetado en un almacén: 

 

1. Elección de la tecnología de etiquetado

Esta es una de las primeras encrucijadas: ¿qué es mejor, el tradicional código de barras o el sistema RFID, más avanzado?

Cada uno de estos sistemas tiene pros y contras (aquí puedes ampliar información sobre ellos). En líneas generales, un sistema de etiquetado RFID es más eficiente, ya que puede contener más información que el código de barras. También mejora la operativa, al permitir la identificación y seguimiento sin contacto, lo que resulta especialmente útil para el rastreo de grandes volúmenes de productos.

Es verdad que supone una mayor inversión inicial, pero al vincularse al SGA del almacén permite un mejor control y acorta los tiempos de amortización del software de gestión de almacén.  

 

2. Adherencia a estándares de la industria

Los estándares de etiquetado reconocidos en la industria, como los establecidos por GS1, son fundamentales para asegurar la coherencia y la compatibilidad entre los sistemas utilizados en la cadena de suministro global. 

GS1 es una organización internacional que establece estándares para la identificación, captura e intercambio de información sobre productos, permitiendo una comunicación efectiva y precisa entre socios comerciales en todo el mundo

 

3. Diseño de etiquetas claras y legibles

Las etiquetas deben ser diseñadas de manera clara y legible, con información fácilmente comprensible para el personal del almacén. Se deben incluir datos relevantes, como el nombre del producto, número de serie, fecha de caducidad (si es aplicable), ubicación en el almacén y cualquier otra información necesaria para la gestión eficiente del inventario.

Además, deben ser resistentes para soportar las condiciones de trabajo en el entorno del almacén, donde estarán sometidas a rozamiento, abrasión, humedad, cambios de temperatura, etc. Es importante utilizar los materiales y las técnicas de impresión adecuadas para que la etiqueta no se degrade a lo largo de su vida útil.

 

4. Establecimiento de políticas y protocolos

Se deben establecer procedimientos claros y detallados para el etiquetado de productos en el almacén. Por ejemplo, hay que detallar los pasos a seguir para la creación de etiquetas, la colocación de las mismas en los productos o contenedores, y la actualización de la información de etiquetado en el SGA.

Es conveniente hacer una auditoría periódica para verificar que todo funciona, la información es precisa y se cumplen los procesos que se han diseñado.

 

5. Capacitación del personal

Por último, es importante que todo el personal del almacén comprenda la importancia del etiquetado y estén familiarizados con los procedimientos establecidos. Así, se evitarán errores y se minimiza el riesgo de pérdidas o de discrepancias en el inventario.

 

Es hora de mejorar el etiquetado de tu almacén

Los sistemas de etiquetado para almacenes eliminan de raíz muchísimos problemas, ya que garantizan que los productos se pueden identificar con facilidad y de forma fiable durante su tránsito por ese eslabón de la cadena logística.

El primer paso es, sin duda, hacer un análisis en profundidad de los procesos del almacén y sus necesidades específicas. Nuestra consultoría logística puede ayudarte con esa parte.

A partir de ahí, se elige el mejor sistema de etiquetado y el proceso de implementación que mejor se ajuste a la dinámica del almacén. ¿Quieres saber más? Pregúntanos y resuelve tus dudas.

Claves para reducir los residuos en un almacén

Cómo reducir los residuos en un almacén y minimizar el impacto ambiental

¿Cuántos productos dañados, restos de embalajes o palés en desuso se acumulan en tu almacén? Cuando no hay un plan eficaz para reducir y gestionar los desechos, es fácil que se amontonen residuos en la instalación, ocupando espacio y entorpeciendo la actividad. Reducir es el primer paso para retomar el control.

Una gestión eficaz de los residuos no sólo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, también ahorra tiempo y dinero a largo plazo. 

En este post vamos a brindar algunas estrategias que pueden orientar a los gestores de almacenes sobre cómo utilizar eficazmente los recursos para minimizar residuos. 

 

Qué consideramos residuos y por qué es importante trabajar para reducirlos

Cualquier material o producto de desecho derivado de la actividad es considerado residuo. Su reducción en el almacén es un compromiso a largo plazo que requiere un esfuerzo de gestión y una adaptación continua. 

A cambio, no solo se protege el medio ambiente, también hay un retorno desde el punto de vista empresarial. Por un lado, la gestión eficaz de los residuos redunda en una mayor eficiencia, un ahorro de costes y, en definitiva, un modelo empresarial más sostenible.

Por otro lado, aquellas empresas que toman medidas en favor del ahorro, y la sostenibilidad, son percibidas por los clientes como más confiables y su reputación aumenta. 

En un almacén se pueden producir residuos diversos: 

  • Embalajes: cajas de cartón, plástico de burbujas, espuma de poliestireno, etc., utilizados para proteger los productos durante el transporte y almacenamiento. A menudo estos materiales se descartan después de su uso, por lo que deben reciclarse o desecharse correctamente.
  • Productos dañados: mayormente devoluciones de clientes o productos señalados durante el control de calidad. No pueden venderse ni utilizarse.
  • Alimentos: los almacenes de alimentos u otros perecederos deben gestionar una gran cantidad de residuos procedentes de mercancía no vendida o caducada.
  • Envases vacíos o contaminados: botellas, latas, tambores u otros envases que han contenido productos químicos, aceites o sustancias peligrosas; deben limpiarse y reciclarse o eliminarse, según las regulaciones.
  • Dispositivos electrónicos y maquinaria: equipos obsoletos o averiados. Pueden contener componentes tóxicos.

 

¿Cómo reducir la cantidad de residuos en un almacén?

A continuación, te damos algunas estrategias que puedes implementar en tu empresa:

 

1. Elaborar un plan de gestión

Crear un plan de gestión es el primer paso para reducir los residuos. Este plan debe identificar el tipo y la cantidad de residuos generados en el almacén, así como los métodos empleados para eliminarlos.

Cuando se dispone de información precisa y detallada sobre la gestión actual, es más sencillo diseñar estrategias para una mejor gestión futura, que contemple estrategias de reducción, reutilización y reciclado. 

Tienes más información sobre el plan de gestión de residuos aquí. 

 

2. Reducir los envases y embalajes

Cajas de cartón, rellenos, plástico de burbujas… Los residuos de envases suelen ser muy significativos en un almacén. 

Una primera acción es trabajar con la cadena de suministro, entablando un diálogo con los distintos proveedores y animándoles a minimizar los materiales de embalaje o a cambiar los actuales por opciones más sostenibles. Es fundamental evitar el sobreempaquetado.

Por ejemplo, se puede proponer la posibilidad de sustituir el plástico de burbujas por alternativas ecológicas, como el papel reciclado o el relleno suelto biodegradable. Las cajas de cartón pueden sustituirse por cajones reutilizables. 

 

3. Reducir la cantidad de productos dañados o defectuosos

Si hay una elevada cantidad de este tipo de productos, algo no está funcionando bien. Es necesario saber en qué punto de la cadena se produce el mayor número de daños, empezando por una revisión del proceso de almacenaje. 

¿Los pallets están en buen estado? ¿La manipulación es correcta? ¿Las estanterías se cargan con el peso adecuado?

También, es importante monitorizar las devoluciones, para identificar y analizar los motivos recurrentes. La colaboración del equipo de atención al cliente es fundamental.

 

4. Revisar la gestión de perecederos

Para los almacenes que trabajan con productos perecederos, especialmente los del sector alimentario, el desperdicio de mercancía puede ser un problema importante. 

Implantar un sistema FIFO (primero en entrar, primero en salir) garantiza que las existencias más antiguas salgan antes que las nuevas, lo que reduce el riesgo de que los alimentos caduquen y se conviertan en residuos.

 

5. Separar los residuos para reciclar y reutilizar

Utilizar los distintos contenedores para hacer una selección eficaz de residuos, es importante para hacer más efectivo el proceso posterior.

Trabajar con una empresa de gestión de residuos de confianza, que se ocupe de forma profesional y responsable, es el siguiente paso. De ese modo es posible asegurarse de que los residuos se deriven a plantas de reciclaje o sean reutilizados, y solo una mínima parte sea desechada.

 

6. Formar a los trabajadores

Es importante que toda la plantilla conozca y comprenda el impacto de sus acciones en el entorno y la empresa.

Contar con un equipo de trabajadores entrenado y mentalizado es tener mucho camino andado. Al concienciar a los empleados sobre la importancia de reducir residuos y adoptar prácticas sostenibles, se crea una cultura de empresa que valora la responsabilidad ambiental. 

 

7. Velar por el mantenimiento de los equipos

Hacer un mantenimiento preventivo de los equipos no solo evita averías y pérdidas de tiempo. Además, prolonga la vida útil de la máquina. 

Realizando las revisiones y operaciones de mantenimiento regular, los equipos duran más y se prorroga la necesidad de reemplazarlos. Es otra forma de evitar que los equipos descartados contribuyan a aumentar los residuos generados. 

 

Te ayudamos a ahorrar recursos en tu almacén

Para convertir tu almacén en sostenible, es recomendable revisar los procesos internos para identificar las oportunidades de reducir, reutilizar y reciclar residuos.

¿Te gustaría hablar de este tema con nuestros consultores? Puedes ponerte en contacto con ellos aquí y pedirles asesoramiento sin compromiso.

Cómo mantener el almacén limpio

Cómo mantener el almacén limpio: consejos y buenas prácticas

Un almacén descuidado y sucio, no solo supone un problema para la productividad del negocio. También es un peligro para la seguridad de los operarios. 

En espacios muy grandes, llevar a cabo un mantenimiento regular de limpieza puede resultar un desafío importante, pero es necesario hacerlo para evitar males mayores, además de que resulta más agradable y satisfactorio para todos trabajar en un entorno bien organizado y limpio.

En el post de hoy queremos darte algunos consejos útiles para que organizar la limpieza del almacén resulte lo más sencillo posible.

 

Por qué es importante la limpieza en un almacén

Afirmar que el trabajo en un espacio despejado y libre de suciedad es más agradable e influye positivamente en la satisfacción de los trabajadores, no es ninguna novedad. Esto se aplica a cualquier sector y a cualquier entorno laboral. 

Pero, además, la limpieza en un almacén es de vital importancia por varias razones. 

De entrada, ayuda a mantener la seguridad en el centro de trabajo. Habrá menos peligro de accidentes, como caídas por resbalones o por tropezar con algo que no estaba en su sitio. Esto no es positivo solo para el trabajador, primer beneficiado. También es muy positivo para la empresa, que tendrá que afrontar menos bajas laborales en el año debidas a este tipo de incidentes

Por otra parte, cuando todo está ordenado, los empleados pueden moverse más rápidamente y con mayor facilidad. 

Nos referimos a pasillos libres de escombros o restos de embalajes o cajas que han quedado “en tierra de nadie”. Si se eliminan todas estas interferencias, el trabajador se moverá más rápido, podrá completar antes sus tareas asignadas y la productividad general mejora. 

Y hay que tener en cuenta otro ingrediente: ¿qué impresión va a llevarse el cliente que visita el almacén si las instalaciones están sucias y descuidadas? También hay que poner en la balanza la imagen de la empresa, fundamental para ganar la confianza de los clientes.

 

Limpieza para almacenes en 3 pasos

Bien, ya sabemos que adecentar el almacén es fundamental. Pero ¿cómo se puede organizar para que sea sostenible en el tiempo y las instalaciones siempre estén limpias? Para empezar, podríamos dividirlo en 3 pasos:

 

Limpieza regular y programada

Nos referimos a la rutina de limpiar el almacén en tiempos establecidos. Esto puede variar dependiendo de las necesidades específicas de cada instalación. Por ejemplo, algunas áreas pueden requerir una limpieza diaria, mientras que otras pueden requerir una limpieza semanal o mensual.

La idea es tener previsto en la organización de tareas un tiempo para la limpieza, de modo que se convierta en una parte más de las operaciones del almacén, siempre de forma que no interrumpa otras actividades.

Por ejemplo, las áreas de alto tráfico, como los pasillos y las estaciones de trabajo, podrían barrerse al final de cada jornada de trabajo, mientras que las áreas menos utilizadas, como zonas de almacenamiento a largo plazo o menos transitadas, podrían programarse para una limpieza más profunda una vez a la semana. 

Otras con un alto volumen de actividad, como las áreas de embalaje y envío, pueden requerir mayor frecuencia de limpieza.

 

Limpieza inmediata: derrames y desechos

En un almacén, en cualquier momento puede haber un derrame o acumularse material de desecho que, si no se retira, puede provocar un problema. En esos casos no se debe esperar a la limpieza programada, sino proceder inmediatamente.

Según el tipo de actividad, puede ser interesante tener equipos de limpieza disponibles en todo el almacén y capacitar al personal sobre cómo manejar adecuadamente los derrames y los desechos. 

Por ejemplo, si se vierte un líquido (no hablamos de sustancias peligrosas, que requieren tratamiento especializado), los empleados deben saber cómo usar absorbentes para limpiar el derrame de manera segura y eficaz.

 

Mantenimiento de las herramientas y equipos de limpieza

Para que la limpieza sea efectiva, hay que contar con tener el equipo disponible, a mano y en buen estado. 

Hay que tener en cuenta que se trata de limpiezas industriales en las que se utilizan, según los casos, barredoras, aspiradores industriales, hidrolimpiadoras…

Esta maquinaria requiere también un mantenimiento regular, vaciado de depósitos, vigilancia de los filtros y reposición de piezas gastadas o dañadas. 

Aparte de los 3 puntos comentados anteriormente, resulta esencial tener implementado un sistema de gestión de residuos que garantice que se eliminan de la manera adecuada y cumpliendo las normativas.

> Lee este post sobre cómo transformar tu empresa para que sea más sostenible, con estrategias de logística verde. 

 

¿Necesitas dar un paso más en la gestión de tu almacén?

Mejorar tu negocio está en tu mano. Solo tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo de profesionales, explicarles qué necesitas y dejar que te asesoren sobre las diferentes soluciones que podrían aplicarse. ¿Hablamos?

Almacenamiento vertical: una solución para la falta de espacio

Almacenamiento vertical: una solución para la falta de espacio

¿Tu almacén necesita crecer? Hay dos fórmulas para hacerlo: a lo ancho o a lo alto. Hoy queremos hablarte de las ventajas de aprovechar el espacio en vertical, una manera de ampliar el almacén sin necesidad de adquirir más superficie.

Mientras que el espacio horizontal es escaso y caro, el vertical hace posible crecer hasta donde permitan los límites de la ingeniería, optimizando el funcionamiento del almacén con sistemas automáticos. Por eso es la fórmula hacia donde caminan los mayores almacenes del mundo.

¿Merece la pena invertir en sistemas de almacenamiento vertical? Te ayudamos a valorarlo.

 

¿Por qué aumenta la demanda de sistemas de almacenamiento vertical?

La respuesta rápida es esta: porque es el futuro. Hablando en contexto global, las cadenas de suministro cada vez son más exigentes, la demanda de espacio crece mientras la disponibilidad de suelo para la construcción de nuevos centros de distribución cada vez es menor.

Esta situación se da sobre todo en zonas densamente pobladas, donde la concentración de servicios logísticos y la escasez de suelo, hacen necesaria la búsqueda de soluciones.

La solución pasa por expandirse en vertical. La demanda de este tipo de instalaciones es paralela al avance de las soluciones tecnológicas y de ingeniería, que permiten construir almacenes cada vez más altos, más seguros y más eficientes.

 

Almacenamiento vertical vs. almacenamiento horizontal

Se trata de dos enfoques muy diferentes para gestionar el espacio en un almacén, que habitualmente se combinan para optimizar el resultado. En cada caso, hay que valorar ventajas y desventajas, además de hacer un cálculo económico riguroso de los costes y el retorno de la inversión.

Lo adecuado, en el caso de estar planteándose una ampliación de almacén, es hacer una consultoría logística para determinar cuáles son las mejores opciones. No obstante, vamos a hacer un acercamiento a los pros y los contras de ambos sistemas.

El almacenamiento vertical multiplica la capacidad de almacenamiento por metro cuadrado y consigue mayor eficiencia de almacenamiento. 

Al trabajar en altura, debe combinarse con automatizaciones para gestionar el inventario. Si bien esto supone una importante inversión inicial, el trabajo se lleva a cabo de manera mucho más efectiva, se optimiza la mano de obra y se reducen los tiempos.

Otro punto que hay que tener en cuenta, de cara a calcular la inversión necesaria, es que en paralelo será necesario mejorar el rendimiento del muelle de carga y descarga. 

Al disponer de un mayor espacio de almacenamiento con los mismos metros cuadrados de planta, podemos prever que la actividad del muelle será un aspecto crítico, por lo que habrá que analizar estrategias de optimización para aumentar la velocidad del trabajo y reducir los tiempos de espera de los vehículos, sin comprometer la seguridad. 

Por otra parte, el almacenamiento horizontal puede ser mejor opción cuando hay disponibilidad de suelo y el precio es económico. En ese caso, ampliar el almacén existente o crear una nueva estructura será más rápido y menos costoso. 

 

¿Merece la pena invertir en un almacén vertical?

Depende del proyecto. El almacenamiento vertical requiere estructuras más especializadas y complejas. Los costes de puesta en marcha de un almacén vertical van a ser elevados, a lo que hay que sumar el mantenimiento de las automatizaciones que se hayan implementado.

Hay que tener en cuenta que, en algunos casos, el crecimiento en vertical es la única opción posible para ampliar la instalación. Cuando no hay posibilidad de adquirir una nueva parcela contigua, y la alternativa es trasladar el almacén completo a otro lugar (con el coste que supone) el almacenamiento vertical puede ser la mejor decisión.

La gran ventaja es la mayor capacidad de almacenamiento y el aumento de eficiencia en el trabajo, por lo que el retorno de la inversión es positivo y, si el proyecto está bien planteado, a medio o largo plazo se compensa esa inversión inicial. 

Según la naturaleza del proyecto y las necesidades de la empresa, hay diferentes posibilidades que se pueden plantear. Por ejemplo, los almacenes autoportantes son una gran solución de ingeniería para un máximo aprovechamiento vertical. Su principal característica es que las mismas estanterías cumplen una función estructural, es decir, sostienen la instalación. Así, permiten una gran densidad de almacenamiento con el máximo aprovechamiento del espacio.

Sea esa u otra la posibilidad elegida, va a ser necesario implementar algún sistema de automatización para la gestión del inventario, como elevadores para bandejas tanto en vertical como en horizontal que desplazan la mercancía hacia el punto de la cadena donde se necesite. 

Otro aspecto básico es contar con un software eficiente que controle todos los aspectos de la gestión del almacén. Nuestro SGA TWO, es muy intuitivo y se adapta a cualquier proyecto. 

 

¿El almacenamiento vertical es la solución que estás buscando?

No te quedes con la duda. Si tu empresa necesita crecer, debes explorar todas las opciones para tomar la mejor decisión posible. 

Podemos ayudarte con eso. Solo tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo profesional y plantear tus dudas. Te asesoramos sin compromiso.

Ciberseguridad para almacenes

¡Protege tu empresa! 5 Claves de ciberseguridad para almacenes

Hoy por hoy, los sectores de actividad que forman parte de la cadena de suministro dependen en gran medida de la tecnología para sus operaciones. Entre ellos, los almacenes y centros de distribución, que manejan una gran cantidad de datos en su día a día y se han convertido, por ello, en objetivo para los ciberdelincuentes. 

El impacto de los ciberataques en la cadena de suministro a nivel global puede ser devastador. Por eso, con la creciente digitalización de los procesos de almacenamiento y logística, la necesidad de proteger estos sistemas contra amenazas cibernéticas es más importante que nunca.

En este post te contamos las principales estrategias de seguridad que debes poner en marcha en tu almacén. 

 

Los ciberataques, un peligro real en logística 

Los almacenes, como centros neurálgicos de la cadena de suministro, utilizan una cantidad ingente de información, desde datos de inventario hasta detalles de envío y facturación. La mayoría han abordado la digitalización de tareas o están en ese proceso, para ser más efectivas y mejorar sus operaciones.

Soluciones logísticas en la nube, almacenamiento inteligente, softwares basados en inteligencia artificial, aplicaciones de IoT, empleo del Big Data… Son, sin duda, grandes avances, pero a medida que el sector logístico camina en esa dirección, también crecen las ciberamenazas que buscan cualquier punto vulnerable en los sistemas para robar información.

Un ciberataque en una empresa de almacenamiento puede tener consecuencias muy graves, no solo en términos de pérdida de datos, sino también en interrupciones operativas, daño a la reputación y pérdida de confianza del cliente.

 

¿Qué hacer para protegerse de los ciberdelincuentes?

Proteger los datos de los clientes debe ser una prioridad absoluta. Si un pirata informático consigue acceder al sistema de gestión de un almacén, podría recopilar información bancaria de clientes y proveedores, robar direcciones o números de teléfono, instalar ransomware y afectar a los sistemas de carga o a los pedidos. 

Aunque las empresas no pueden evitar por completo que se produzcan filtraciones de datos, deben intentar mitigar este riesgo en la medida de lo posible incorporando sistemas de ciberseguridad. Estas son las precauciones básicas que hay que tomar: 

 

1. Mantener todos los sistemas actualizados

Mantener el software y el hardware actualizados es la base de cualquier estrategia de ciberseguridad. Las actualizaciones no solo proporcionan nuevas características y mejoras de rendimiento, sino que también corrigen vulnerabilidades de seguridad que podrían ser explotadas por los ciberdelincuentes.

Para eso, es importante contar con un plan que sistematice las actualizaciones, para evitar olvidos. Establecer horarios es una posibilidad, así como automatizar todo lo que sea posible. 

Por otra parte, antes de instalar una actualización importante es recomendable probarla en un entorno controlado para asegurarse de que no causa problemas.

 

2. Crear protocolos y formar a los empleados 

La primera línea de defensa en cualquier estrategia de ciberseguridad es el personal. Por eso, es importante que los trabajadores tengan formación en este aspecto y sepan cómo prevenir ataques, empezando por las prácticas más sencillas, como:

  • no abrir correos electrónicos sospechosos
  • no descargar archivos de fuentes desconocidas
  • no compartir información confidencial a través de canales no seguros, etc.

La formación debe ser continua. La empresa puede organizar sesiones formativas regulares, distribuir información sobre ciberseguridad e incluso hacer simulacros de ciberataques para entrenar a sus empleados en el reconocimiento y respuesta ante amenazas.

 

3. Gestionar las contraseñas

Se deben establecer pautas para la generación de contraseñas: que sean complejas, con combinaciones aleatorias de letras, números y caracteres especiales, y que tengan una longitud mínima y renovarse regularmente. 

Los empleados deben estar concienciados sobre la importancia de no compartir sus claves con colegas o personas ajenas a la empresa. Cada usuario debe tener su propia identificación y contraseña.

También es importante contar con métodos seguros para almacenar las contraseñas, como sistemas de gestión de contraseñas cifradas. Sobre todo, hay que evitar almacenarlas en archivos de texto sin cifrar o en documentos físicos desprotegidos.

 

4. Utiliza antivirus, cortafuegos y protección contra ransomware

Todas son herramientas para ayudar a prevenir los ciberataques:

  • El antivirus es un software que previene, detecta y elimina los virus informáticos. 
  • Los anti ransomware protegen contra ataques de ransomware, un tipo de software malicioso que infecta los sistemas informáticos y cifra los archivos o bloquea el acceso al sistema, exigiendo un rescate económico para restaurar el acceso.
  • Los cortafuegos o firewalls controlan el tráfico no deseado, actuando como una barrera entre una red privada interna y redes externas no confiables. Si detecta una amenaza en un sitio web o aplicación, bloquea el acceso.

 

5. Diseña un plan de respuesta a incidentes de seguridad

¿Y si, pese a todas las precauciones, se produce una brecha de seguridad? El tiempo de reacción es fundamental para poder recuperar los datos y retomar las operaciones cuanto antes. 

El plan debe detallar los pasos a seguir para identificar el tipo de incidente, evaluar la situación, aislar cuanto antes el incidente. Posteriormente, será necesario investigar y documentar lo sucedido, para determinar su origen y tomar las medidas preventivas necesarias. 

 

¿Hay más cosas que te preocupen en tu almacén?

En ese caso, podemos ayudarte. Nuestro servicio de consultoría logística está diseñado para ofrecer soluciones a medida que mejoren la operativa y la gestión logística. ¿Quieres que te expliquemos más? Contacta con nuestro equipo y te facilitarán la información que necesites para ponerte en marcha.

Almacén de Depósito Temporal (ADT)

Almacén de Depósito Temporal (ADT): lo que debes saber

Hay un tipo de almacén cuyo uso es muy habitual en el caso de empresas que importan productos de fuera de la Unión Europea. Se trata del Almacén de Depósito temporal (ADT) y, como su nombre indica, sirve para almacenar temporalmente mercancías mientras esperan a ser despachadas en la aduana. 

En este artículo te explicamos qué es un ADT, qué obligaciones conlleva y cuáles son las ventajas que ofrece a las empresas importadoras.

 

¿Qué es un Almacén de Depósito Temporal?

Un almacén de depósito temporal (ADT) es un tipo de instalación de almacenamiento donde las mercancías importadas se pueden almacenar antes de pagar los derechos de aduana. 

Se trata de mercancías que se encuentran en régimen de depósito temporal, una categoría que define la situación aduanera para aquellas mercancías provenientes de países no comunitarios. Debe solicitarse la declaración de depósito temporal en el momento en que la mercancía se presente en aduana.

Las mercancías bajo en régimen de depósito temporal solo pueden derivarse a establecimientos autorizados por las autoridades aduaneras. Esos espacios son los Almacenes de Depósito Temporal. 

Son lugares supervisados que proporcionan a las empresas un lugar temporal para almacenar la carga en condiciones de seguridad, mientras esperan a recibir destino aduanero, es decir, mientras esperan la autorización para ser liberadas después de haber cumplido con los requisitos de las autoridades de aduanas.

El ADT es utilizado principalmente por empresas que importan mercancías desde países no comunitarios. También es posible almacenar mercancías procedentes de la UE junto con otras no comunitarias cuando pertenecen a un mismo importador. En ese caso es imprescindible contar con la autorización de las autoridades, que verificarán que ambos tipos de mercancías sean identificables.

Para las empresas importadoras, disponer de la opción del régimen de depósito temporal y la posibilidad de almacenar temporalmente las mercancías en un ADT, aporta seguridad a las operaciones, así como flexibilidad y fluidez a la cadena de suministro.

Hay otro tipo de depósitos con los que es fácil confundirse. Se trata del Depósito Aduanero (DA), que es también un espacio para el almacenamiento de mercancías de países no comunitarios. 

La diferencia principal entre el DA y el ADT es que en el Depósito Aduanero no existe un plazo límite de tiempo para almacenar las mercancías. Además de eso, se permite cierta manipulación de la mercancía siempre y cuando no se altere su estado original.

 

¿Cuánto tiempo  puede permanecer la mercancía en un Almacén de Depósito Temporal?

La mercancía puede permanecer en un Almacén de Depósito Temporal (ADT) durante un período limitado de tiempo. 

En un principio, el plazo estipulado es de 45 días para mercancías que lleguen por vía marítima y 20 para las que lleguen por otras vías, a contar a partir de la fecha de la declaración (art. 49 del Reglamento (CEE) nº. 2913/92).

En algunos casos puede aplicarse un plazo de hasta 90 días (art. 149 Reglamento (UE) nº 952/2013). Durante ese tiempo la mercancía puede permanecer en el ADT sin que le haya sido asignado un régimen aduanero.

En el plazo máximo indicado, la empresa responsable ha de abonar los impuestos y aranceles para liberar la mercancía, gestionar su traslado al Depósito Aduanero Público o solicitar el régimen de Despacho a Libre Práctica, es decir, que a una mercancía no comunitaria se le otorgue el estatuto aduanero de mercancía comunitaria.

Si no se retira la mercancía en el plazo máximo permitido, las autoridades deciden si se devuelve al exportador, se destruye o se le asigna algún otro destino.

 

Ventajas que ofrece el Almacén de Depósito Temporal a las empresas de importación

Para las empresas que importan mercancías provenientes de países no comunitarios, contar con este servicio es sumamente interesante.

La ventaja principal es que pueden aplazar el pago de impuestos y aranceles, ya que no es necesario abonarlos hasta que la mercancía sea liberada. Ese margen de tiempo es muy valioso, ya que permite a las empresas gestionar estratégicamente los tiempos y pagar en el momento más conveniente para ellas.

Por otra parte, les permite importar grandes volúmenes de mercancía, ya el ADT permite que puedan ser liberadas escalonadamente. De ese modo, tienen un plazo que puede ser de hasta tres meses para ir pagando las tasas recuperando la mercancía en diferentes fases. Eso supone un importante ahorro en los costes derivados del transporte.

 

Mejoramos la eficiencia de cualquier tipo de almacén

Cualquier tipo de instalación de almacenamiento puede mejorar la gestión de procesos, el aprovechamiento del espacio o la eficiencia del trabajo humano.

Para ello es imprescindible contar con un software específico que centralice todas las operaciones y permita comenzar a controlar adecuadamente toda la información necesaria para un funcionamiento efectivo. Ese software es TWO, un SGA competitivo, fácil de manejar, flexible y escalable.

Cuando quieras, te lo presentamos. Solo tienes que preguntarnos, poniéndote en contacto con nosotros aquí. 

Claves para la gestión de residuos en almacenes

Claves para la gestión de residuos en almacenes

Todos los almacenes y centros de distribución generan desperdicios, en un volumen mayor o menor según la naturaleza de su actividad. Pero hay algo que todos deben hacer, sea cual sea su caso: gestionar esos residuos de la mejor manera posible.

¿Cómo hacerlo? En este post te damos algunas claves. 

 

Gestión de residuos: la importancia de planificar

En muchos almacenes y centros de distribución, especialmente en los más grandes, que constan incluso de varios espacios interconectados, la manipulación de residuos para su correcta eliminación, reutilización o reciclado puede suponer un quebradero de cabeza importante si no se ha hecho una buena planificación desde el principio.

Y decimos desde el principio, porque el mejor momento para plantearse el tema de la gestión de residuos es, sin duda, cuando se planifica el almacén, ya sea para iniciar su construcción, abordar una reforma o añadir una nueva sección a un almacén existente. 

Es en ese momento, cuando se va hacer el diseño o remodelación del layout de la instalación, cuando hay que tener en cuenta cómo se va a planificar la gestión de materiales de desecho.

Lamentablemente, no se hace así en todos los casos, ya que un error habitual tanto en las pequeñas como en las grandes empresas cuando planifican un edificio nuevo o una ampliación es olvidarse de cómo se gestionará el flujo de de estos materiales.

En muchas ocasiones se priorizan otros aspectos y la gestión de residuos queda en un segundo plano, lo que puede ser una fuente de problemas más tarde o hacer necesaria la implementación posterior de soluciones más caras.

Lo ideal es contar con un equipo profesional que desarrolle un diseño integral del proyecto, teniendo en cuenta todos los aspectos que influyen en el funcionamiento diario de la instalación, lo que incluye, obviamente, incluir soluciones para este tema. 

Para ello hay que tener en cuenta qué tipo de mercancías se van a recibir, con qué envases o embalajes y en qué cantidades. Así, se podrán elegir las equipaciones correctas, con la capacidad adecuada para manipular todos los desechos que se produzcan diariamente en el almacén, y con espacio suficiente para que los operarios puedan depositar los residuos en el punto señalado con el mínimo esfuerzo, para poder continuar trabajando.

Si se planifica correctamente la intervención, el almacén tendrá desde el inicio un sistema sostenible y no una solución de última hora que será, con toda probabilidad, más cara y menos eficiente.

 

El plan de gestión de residuos

Un plan de gestión de residuos es un documento que expone cuáles han de ser las medidas a tomar para el almacenamiento temporal y la gestión de los materiales de desecho generados en una empresa.

Tener un plan de gestión de residuos es recomendable para cualquier compañía, no solo para las del sector del almacenamiento y la logística, aunque en estas es especialmente necesario debido al gran volumen de residuos que pueden llegar a generar con su actividad diaria.

Hay que tener en cuenta que la tendencia actual en general, y en concreto en las empresas que operan en cualquier punto de la cadena de suministro, es apostar por lo que llamamos logística verde. 

Cada día es más importante minimizar el impacto de la actividad en el medio ambiente, implantando prácticas sostenibles que permitan hacer un mejor uso de los recursos disponibles.

En este contexto, disponer de un plan de gestión de residuos en el almacén, no solo redunda en un mejor funcionamiento general de la empresa, también ayuda a reducir costes a medio plazo, mejora la calidad del ambiente de trabajo y la salud de las personas trabajadoras, y supone un mejora de la imagen empresarial de cara a clientes y proveedores.

Para elaborar un plan de gestión de residuos es necesario cumplir con estos pasos:

  1. Estudio previo: se deben analizar las necesidades de la empresa, identificar cuáles son los diferentes tipos de residuos que la empresa debe gestionar y en qué volumen. De ese modo se pueden establecer las medidas adecuadas en cada caso.
  2. Legislación: una vez identificados los residuos, es fundamental comprobar cuáles son las normativas aplicables en cada caso, para asegurar que el plan propuesto cumpla con la legislación vigente.
  3. Metas: el plan debe trazar objetivos claros y cuantificables, para poder hacer un seguimiento de la efectividad del plan y su impacto en la gestión integral de la empresa.
  4. Acciones: el plan debe detallar cuáles son las medidas a implementar y cómo hacerlo, de la manera más efectiva posible.
  5. Evaluación: por último, será necesario realizar revisiones periódicas para verificar que el plan de residuos se ejecuta correctamente, detectar puntos mejorables o actualizarlo introduciendo nuevas variables.

 

Te ayudamos a planificar tu almacén 

La mejor forma de evitar errores en el futuro es hacer una planificación correcta desde el principio. De ese modo, se consigue sacar el máximo partido al espacio disponible en el almacén, se alcanza la máxima eficiencia en las operaciones y se saca rendimiento a la inversión realizada.

¿Quieres conseguir esos tres objetivos en tu almacén? Ponte en contacto con nuestro equipo y tracemos juntos un plan de acción para maximizar resultados.

Guía de buenas prácticas para almacenes

Guía de buenas prácticas para almacenes

La gestión de almacenes es el resultado de la suma de muchas acciones y el equilibrio entre todas ellas. Hay que garantizar que haya suficiente inventario, pero tampoco demasiado para no ocupar espacio sin necesidad. 

Hay que conseguir que el inventario sea accesible y a la vez mantenerlo a salvo de hurtos. Hay que trabajar con agilidad, pero sin prisas que aumenten el riesgo de errores y accidentes… 

¿Cómo se consigue que todo salga bien?

Para ayudarte a organizar tu almacén, hemos elaborado una lista de 8 buenas prácticas para conseguir que todo funcione como un reloj.

 

8 buenas prácticas para almacenes eficientes

Como decíamos, un almacén eficiente es el resultado de no una, sino muchas decisiones estratégicas enfocadas a mejorar la operativa, mantener los gastos bajo control, cometer los errores mínimos, trabajar con agilidad, ofrecer confianza a clientes y proveedores.

Aunque cada almacén tiene su propio funcionamiento, hay una serie de características comunes a aquellos más eficientes, y son estas:

 

1. Optimiza el espacio

En un almacén, el espacio es oro, por eso hay que sacarle el máximo rendimiento posible. Es fundamental planificar bien desde el primer momento, con un diseño que permita aprovechar cada centímetro de superficie en horizontal, respetando siempre los espacios necesarios para los desplazamientos y el trabajo de los operarios.

También hay que optimizar el espacio vertical, desaprovechado en muchísimos casos. Los sistemas automatizados de almacenamiento y recuperación son los indicados para ganar espacio útil.

 

2. Almacena con sentido

Un error muy común es organizar el inventario en función del proveedor, colocando juntos todos sus productos. No es así. Lo recomendable es hacer un análisis ABC del inventario para definir cuáles son las diferentes categorías. 

Así se puede identificar cuáles son los productos que interesa colocar en los lugares más accesibles y diseñar la mejor estrategia, que puede ser poner más a mano los productos de mayor rotación, o los de mayor valor, o una combinación de ambos criterios.

 

3. Haz seguimiento de los KPI más importantes

Los KPI te van a dar la información que necesitas para conocer en todo momento si el rendimiento del almacén está en línea con los objetivos marcados.

Revisa los indicadores con regularidad para saber si es necesario hacer ajustes, y cuáles. Es la forma de tener el almacén bajo control y poder tomar decisiones con información real.

 

4. Vigila la seguridad

Que la plantilla trabaje con los EPIs adecuados, tenga la formación necesaria para hacer sus tareas, disponga de apoyos mecánicos suficientes y en buen estado, haga su tarea en un entorno acondicionado y bien señalizado, etc., es clave para la seguridad, que a su vez impacta directamente en la eficiencia.

Los almacenes que no invierten el tiempo o el dinero necesarios para priorizar la seguridad acaban siendo menos productivos, ya que aumenta el número de incidentes y/o accidentes en el lugar de trabajo, y con ellos las bajas, las indemnizaciones y el coste global de los seguros.

 

5. Apuesta por la digitalización de procesos

Tener todavía procesos basados en la hoja impresa y el bolígrafo es un lastre para almacenes que pretenden ser competitivos. 

No es solo el índice de errores, resultado de anotar mal un dato o no compartir un Excel crítico con otro departamento. Es que hoy por hoy no es posible gestionar la complejidad de un almacén con sistemas de recogida y procesamiento manual de datos.

 

6. Automatiza el picking

Un picking improvisado o mal organizado es una fuente interminable de errores y supone un desgaste importante para la empresa. Las confusiones generan excesivas devoluciones, multiplican el trabajo y generan malestar en los clientes.

Hoy en día existen sistemas automatizados de picking adaptables a cualquier tipo de proceso y tamaño de empresa. Por poco que parezca, cualquier proceso que se pueda automatizar multiplicará la eficiencia.

 

7. No descuides el mantenimiento

Tener un plan de mantenimiento preventivo de toda la maquinaria evitará averías y paradas indeseadas para hacer reparaciones. Además, es la forma de alargar la vida de todos los dispositivos y ahorrar dinero.

El mantenimiento también incluye el cuidado de las instalaciones, las reparaciones menores, la limpieza de todo el recinto, la señalización actualizada, etc.

Un entorno bien cuidado repercute en el bienestar y la productividad de los trabajadores.

 

8. Confía en un SGA

Un SGA es imprescindible para integrar en una sola herramienta todas las cuestiones organizativas de un almacén. Se trata de un software especializado, capaz de llevar el control del inventario, hacer seguimiento de la mercancía, gestionar el picking, optimizar el espacio y otras tareas.

En SCM Logística apostamos por TWO, The Warehouse Organizer, un desarrollo propio que ya se ha posicionado como uno de los mejores SGA del mercado actual: intuitivo, eficiente, flexible, escalable.

Si quieres saber más sobre TWO o sobre cualquier mejora que quieras implementar en tu almacén, ponte en contacto con nuestro equipo y respondemos todas tus dudas.

Principales retos de los almacenes de alimentación

Los 6 principales retos de los almacenes de alimentación

Dentro del sector, la logística de los productos alimentarios es especialmente desafiante: regulaciones y normativas, control de las caducidades, almacenamiento en frío, previsión de la demanda… 

A continuación, te detallamos cuáles son los retos más importantes de un almacén de alimentación.

 

Almacenes de productos alimentarios: 6 desafíos a tener en cuenta

Dentro del conjunto de la cadena de suministro que recorre un alimento desde la fase de producción hasta el consumidor final, el almacenamiento constituye un eslabón importante para garantizar la calidad y la seguridad, que se basan en estos 6 pilares:

 

1. Trazabilidad

En cualquier almacén, pero especialmente en uno de productos alimentarios, es imprescindible poder tener una visión completa del histórico de un producto a lo largo de toda la cadena de suministro y saber en todo momento en qué punto se encuentra una mercancía y por qué eslabones o fases ha ido pasando. 

En este caso, de ello depende en buena medida la seguridad alimentaria. Sin un sistema fiable de trazabilidad no es posible saber dónde está cada lote y en qué momento debe ser retirado por ejemplo, porque su fecha de caducidad ha vencido. 

 

2. Inventario

Disponer del stock necesario para satisfacer los pedidos es siempre un reto, más aún teniendo en cuenta que el mercado alimentario se ve afectado por tendencias de consumo que no siempre son fáciles de prever.

Aun así, el almacén que se dedica a este tipo de productos debe tratar de mantener el equilibrio para no quedarse sin mercancía y poder abastecer a sus clientes… pero no acumular demasiada cantidad. El exceso de inventario supone un problema, especialmente tratándose de productos con fecha de vencimiento o una vida útil limitada. 

Si el almacén no consigue tener bajo control la rotación de productos y que la mercancía se venda de una forma fluida dentro de los tiempos marcados, perderá lo invertido.

 

3. Calidad

Los clientes y consumidores son especialmente exigentes con los productos de alimentación. Además, la reputación de las marcas depende de que puedan mantener un alto nivel de satisfacción y generar experiencias positivas para los usuarios. De ahí que mantener unos estándares de calidad elevados sea otro de los grandes retos de los almacenes de este sector.

 

4. Seguridad

Sin duda, el factor más importante es la seguridad, que jamás debe verse comprometida. Más allá del sabor o la presencia, los productos deben ser seguros para el consumo, y ello depende en buena medida de que los procesos de almacenado hayan sido correctos, con condiciones adaptadas a cada tipo de alimento. 

Carnes, pescados, lácteos, frutas y verduras frescas, necesitan almacenaje refrigerado, mientras que con otros productos envasados o empaquetados es prioritario mantener unas condiciones óptimas de humedad.

 

5. Cadena de frío

El control efectivo de la cadena de frío es esencial para preservar tanto la calidad como la seguridad de los productos alimentarios perecederos. 

Es necesario que los almacenes cuenten con infraestructuras adecuadas para el tipo de productos con los que trabajan, con instalaciones de refrigeración y congelación eficientes capaces de mantener la cadena de frío.

Los equipos frigoríficos deben estar monitorizados 24/7 para vigilar cualquier alteración, no sólo en lo relativo a temperatura o el grado de humedad, también hay que tener en cuenta otras variables, como la condensación, consumos, vibraciones, presión o cortes de suministro. Los datos obtenidos han de ser procesados por un software específico.

> Conoce cuáles son los retos del almacenamiento en frío pinchando aquí. 

 

6. Alérgenos

Para cumplir con la legalidad, las industrias alimentarias deben tener implementado un sistema que garantice una correcta gestión de alérgenos en su producción, con protocolos en toda la cadena que eviten la contaminación cruzada. Eso abarca la producción, el envasado, el etiquetado… y también el almacenaje de alimentos. 

El objetivo es minimizar la probabilidad de que, con la manipulación, las trazas de alérgenos se dispersen y puedan contaminar otros productos.

 

TWO, aliado de los almacenes de alimentación

Para la correcta gestión de un almacén de alimentación, contar con un SGA no es una opción, sino una necesidad. 

Un SGA es clave para mantener la trazabilidad. El software permite conocer en tiempo real toda la información del lote, fecha de producción, certificados, variedad del producto, lugar de origen, etc. 

Es esencial para una gestión eficiente del inventario, mejorando la planificación y alineando la oferta y la demanda. Si además incorpora funciones de analítica predictiva, será posible incluso tener en cuenta los datos históricos para hacer previsiones fiables, que permitirá a la empresa estimar el número de pedidos y adelantarse al mercado.

Finalmente, es la garantía para monitorizar todos los procesos de almacenaje y asegurar que cumplen con todas las normativas y regulaciones que imponen las autoridades sanitarias.

En SCM Logística hemos implementado nuestro propio SGA, The Warehouse Organizer (TWO) en multitud de almacenes de distintos sectores, incluido el alimentario. Y, en ocasiones, asumiendo importantes retos. 

Por ejemplo, cuando nos propusieron implementar TWO en una gran empresa alimentaria sin interrumpir la actividad. Lo hicimos en Garcimar, una empresa de congelados y refrigerados. Aquí te contamos los detalles.

¿Quieres conocer más sobre TWO? Ponte en contacto con nosotros y te contamos todo lo que quieras saber.