Hoy en día, la trazabilidad de los productos es un factor importante a la hora de gestionar un almacén.
Aunque la ley solo obliga a establecer protocolos de trazabilidad al sector farmacéutico y alimentario, la realidad es que muchas empresas están implantando estos sistemas para mejorar su eficiencia y ofrecer un servicio de mayor calidad a sus clientes.
¿Quieres saber más sobre qué es la trazabilidad y qué puede aportar a tu empresa?
Te lo contamos a continuación.
Qué es la trazabilidad y por qué es tan importante
La trazabilidad es el conjunto de procedimientos necesarios para registrar y poder tener acceso al histórico de un producto o lote a lo largo de su paso por la cadena de suministro, es decir, en las etapas de producción, transformación y distribución.
Hay dos tipos de trazabilidad:
- Interna: se refiere al rastro de un producto a lo largo de su paso dentro de la empresa. El tipo de información que se registra está en función del producto y de los procesos de transformación aplicados: materias primas, maquinaria, operarios, etc.
- Externa: se refiere al seguimiento en el exterior de la empresa, tanto hacia atrás (proveedor, localización, fecha de entrada, etc.) como hacia delante (fecha de expedición, operador logístico, destino, etc.).
La trazabilidad no es obligatoria para todos los productos. La legislación solo contempla la obligatoriedad en el caso de la industria alimentaria, lo que incluye piensos para consumo animal, y la industria farmacéutica.
No obstante, se está generalizando y muchas empresas implantan sistemas que incluyen trazabilidad.
¿Por qué?
Por una parte, es un compromiso de calidad por parte de la empresa y una forma de consolidar la confianza del cliente.
Por otra parte, la trazabilidad ayuda a detectar cuáles son los puntos débiles de la cadena de suministro, dónde se producen más errores habitualmente, o en qué fase se consumen más recursos. Toda esa información sirve para optimizar la cadena y ganar eficiencia y productividad.
Ventajas de la trazabilidad de cara al consumidor final
También es interesante nombrar otro aspecto, y es que para el cliente o consumidor final cada vez tiene más importancia el llamado consumo responsable, y por eso pide conocer el origen de los productos.
Por ejemplo, muchos consumidores quieren saber la procedencia de los alimentos que compran, ya sea por sostenibilidad (prefieren el comercio de cercanía) o por querer adquirir (o no) productos de una zona determinada. Ocurre algo parecido con otros artículos: interesa saber dónde se ha fabricado una pieza de ropa o unas zapatillas deportivas.
Continuando desde la perspectiva del consumidor, hay otro aspecto a tener en cuenta: el enorme aumento del comercio electrónico globalizado. Quien compra online quiere conocer en todo momento dónde está su artículo, si ya ha llegado al país o si está en tránsito hacia su domicilio. Poder seguir el recorrido de su compra le da confianza.
Por tanto, más allá de la obligación legal para los sectores mencionados y de las cuestiones organizativas de la logística de la empresa, la traza o huella de los productos también es algo de interés creciente para el público en general.
Refleja un cambio cultural y en los patrones de consumo y es algo que no hay que perder de vista.
SGA, o cómo garantizar la trazabilidad logística en un almacén
Para garantizar la trazabilidad de un producto o un lote, es indispensable dejar atrás de manera definitiva la logística basada en el papel, los Excel, las anotaciones, etc., y evolucionar hacia la implantación de herramientas digitales que centralizan el control total de la cadena de suministro.
Muchos operadores logísticos todavía realizan seguimientos de forma manual y no disponen de sistemas que permitan obtener datos instantáneamente. La información se fragmenta aún más en la medida en que entran en juego diferentes proveedores.
La forma de solucionarlo es implantar un sistema de trazabilidad vinculado a un SGA, que permitirá registrar el recorrido de cada producto o lote desde que se recibe la materia prima hasta que el producto es expedido hacia su destino final.
Es decir, una herramienta estandarizada que concentre toda la información y la centralice en un solo canal, para que esté disponible en tiempo real para cualquier eslabón del proceso logístico.
Implementar un sistema de trazabilidad en almacén pasa por los siguientes pasos:
- Realizar un estudio previo para concretar las necesidades.
- Implantar un sistema de identificación de los productos para poder realizar el seguimiento. Por ejemplo, con etiquetas RFID, capaces de registrar gran cantidad de datos y transmitirlos por radiofrecuencia.
- Gestionar la información mediante un sistema de gestión de almacén, o SGA. Tienes más información en este post: Cómo amortizar un SGA: así puede ayudarte la tecnología RFID.
Instalar un software para controlar la trazabilidad permite mejorar la seguridad, optimizar todos los procesos, tener un control total del stock y obtener métricas relevantes para la toma de decisiones empresariales.
En definitiva, otorga una ventaja competitiva a tener en cuenta para tu negocio.
¿Pensando en implantar un sistema de trazabilidad en tu almacén?
Existen soluciones tecnológicas adaptadas para cada empresa y cada necesidad, por tanto no te quedes con dudas.
En el caso de que estés valorando la posibilidad de implantar un sistema de trazabilidad, te invitamos a que te pongas en contacto con nosotros. Nuestro equipo profesional puede brindarte asesoramiento para tomar la mejor decisión para tu empresa.