La gestión de almacenes es el resultado de la suma de muchas acciones y el equilibrio entre todas ellas. Hay que garantizar que haya suficiente inventario, pero tampoco demasiado para no ocupar espacio sin necesidad.
Hay que conseguir que el inventario sea accesible y a la vez mantenerlo a salvo de hurtos. Hay que trabajar con agilidad, pero sin prisas que aumenten el riesgo de errores y accidentes…
¿Cómo se consigue que todo salga bien?
Para ayudarte a organizar tu almacén, hemos elaborado una lista de 8 buenas prácticas para conseguir que todo funcione como un reloj.
8 buenas prácticas para almacenes eficientes
Como decíamos, un almacén eficiente es el resultado de no una, sino muchas decisiones estratégicas enfocadas a mejorar la operativa, mantener los gastos bajo control, cometer los errores mínimos, trabajar con agilidad, ofrecer confianza a clientes y proveedores.
Aunque cada almacén tiene su propio funcionamiento, hay una serie de características comunes a aquellos más eficientes, y son estas:
1. Optimiza el espacio
En un almacén, el espacio es oro, por eso hay que sacarle el máximo rendimiento posible. Es fundamental planificar bien desde el primer momento, con un diseño que permita aprovechar cada centímetro de superficie en horizontal, respetando siempre los espacios necesarios para los desplazamientos y el trabajo de los operarios.
También hay que optimizar el espacio vertical, desaprovechado en muchísimos casos. Los sistemas automatizados de almacenamiento y recuperación son los indicados para ganar espacio útil.
2. Almacena con sentido
Un error muy común es organizar el inventario en función del proveedor, colocando juntos todos sus productos. No es así. Lo recomendable es hacer un análisis ABC del inventario para definir cuáles son las diferentes categorías.
Así se puede identificar cuáles son los productos que interesa colocar en los lugares más accesibles y diseñar la mejor estrategia, que puede ser poner más a mano los productos de mayor rotación, o los de mayor valor, o una combinación de ambos criterios.
3. Haz seguimiento de los KPI más importantes
Los KPI te van a dar la información que necesitas para conocer en todo momento si el rendimiento del almacén está en línea con los objetivos marcados.
Revisa los indicadores con regularidad para saber si es necesario hacer ajustes, y cuáles. Es la forma de tener el almacén bajo control y poder tomar decisiones con información real.
4. Vigila la seguridad
Que la plantilla trabaje con los EPIs adecuados, tenga la formación necesaria para hacer sus tareas, disponga de apoyos mecánicos suficientes y en buen estado, haga su tarea en un entorno acondicionado y bien señalizado, etc., es clave para la seguridad, que a su vez impacta directamente en la eficiencia.
Los almacenes que no invierten el tiempo o el dinero necesarios para priorizar la seguridad acaban siendo menos productivos, ya que aumenta el número de incidentes y/o accidentes en el lugar de trabajo, y con ellos las bajas, las indemnizaciones y el coste global de los seguros.
5. Apuesta por la digitalización de procesos
Tener todavía procesos basados en la hoja impresa y el bolígrafo es un lastre para almacenes que pretenden ser competitivos.
No es solo el índice de errores, resultado de anotar mal un dato o no compartir un Excel crítico con otro departamento. Es que hoy por hoy no es posible gestionar la complejidad de un almacén con sistemas de recogida y procesamiento manual de datos.
6. Automatiza el picking
Un picking improvisado o mal organizado es una fuente interminable de errores y supone un desgaste importante para la empresa. Las confusiones generan excesivas devoluciones, multiplican el trabajo y generan malestar en los clientes.
Hoy en día existen sistemas automatizados de picking adaptables a cualquier tipo de proceso y tamaño de empresa. Por poco que parezca, cualquier proceso que se pueda automatizar multiplicará la eficiencia.
7. No descuides el mantenimiento
Tener un plan de mantenimiento preventivo de toda la maquinaria evitará averías y paradas indeseadas para hacer reparaciones. Además, es la forma de alargar la vida de todos los dispositivos y ahorrar dinero.
El mantenimiento también incluye el cuidado de las instalaciones, las reparaciones menores, la limpieza de todo el recinto, la señalización actualizada, etc.
Un entorno bien cuidado repercute en el bienestar y la productividad de los trabajadores.
8. Confía en un SGA
Un SGA es imprescindible para integrar en una sola herramienta todas las cuestiones organizativas de un almacén. Se trata de un software especializado, capaz de llevar el control del inventario, hacer seguimiento de la mercancía, gestionar el picking, optimizar el espacio y otras tareas.
En SCM Logística apostamos por TWO, The Warehouse Organizer, un desarrollo propio que ya se ha posicionado como uno de los mejores SGA del mercado actual: intuitivo, eficiente, flexible, escalable.
Si quieres saber más sobre TWO o sobre cualquier mejora que quieras implementar en tu almacén, ponte en contacto con nuestro equipo y respondemos todas tus dudas.