Claves para una logística de última milla eficiente

Del almacén al cliente final: claves para una logística de última milla eficiente

Cuando la entrega de un producto al cliente final es perfecta, eficaz y puntual, pasa completamente desapercibida, y eso es positivo. Pero ¿y cuando las cosas se tuercen durante el reparto? La satisfacción del cliente se compromete debido a acumulación de retrasos, errores en el etiquetado o daños en la mercancía. 

La logística de última milla concentra diversas complejidades que es necesario controlar para que ese tipo de situaciones indeseadas no se produzcan. 

Y para que esa gestión sea cien por cien eficiente, hay que empezar la planificación desde antes de que los productos salgan en los camiones de reparto. El éxito de la operación comienza en el almacén. 

 

Logística de última milla: el arte de entregar la mercancía en tiempo y forma

El auge del comercio electrónico ha alterado muchos aspectos de la actividad de las empresas. El aumento de la demanda obliga a las empresas a procesar, gestionar y mover el inventario con rapidez y eficacia para seguir siendo competitivas. 

Y una pieza importante de este rompecabezas es satisfacer la demanda de los consumidores de entregas rápidas con una eficiente logística de última milla. 

La logística de última milla se refiere al último tramo de la entrega, en el que los productos se transportan desde la empresa de almacenamiento hasta su destino final. 

Para que todo salga bien, se requiere una planificación meticulosa que parte ya desde el almacén, además del uso avanzado de tecnologías de seguimiento para poder conocer en todo momento la ubicación de la mercancía, así como certificar el momento de la entrega.

¿Por qué es tan compleja la gestión de la última milla? Piensa en la cantidad de variables que pueden converger, por ejemplo:

  • Diversidad de destinos: las entregas de última milla pueden realizarse en domicilios particulares, oficinas, puntos de recogida, taquillas inteligentes, etc., lo que requiere una gran flexibilidad en las rutas y horarios.
  • Tráfico y congestión urbana: en cualquier ciudad es una imagen habitual ver a los repartidores tratando de avanzar entre el tráfico para cumplir con su programa de entregas. Y no solo son complejas las ciudades, en las zonas rurales a menudo los mapas disponibles no coinciden con las ubicaciones reales y esa última milla puede complicarse mucho. 
  • Expectativas del cliente: son muchos los que esperan su mercancía con el ojo puesto en una aplicación que le indica que su pedido ya se encuentra en reparto. La exigencia de puntualidad y calidad en el servicio ha aumentado. 
  • Altos costes: la entrega final puede convertirse en la parte más cara de todo el proceso logístico, debido a la necesidad de transporte especializado (camiones refrigerados, por ejemplo) o la fragmentación de las entregas, que encarece el transporte en comparación con el envío de grandes volúmenes. 
  • Gestión de las devoluciones: no hay que olvidar que, en ocasiones, el vehículo de reparto debe recoger productos de múltiples ubicaciones y devolverlos al almacén. Esa gestión de las devoluciones implica una buena gestión de la logística inversa, si se quieren mantener altos los niveles de satisfacción del cliente. 

 

Eficiencia desde el almacén: la clave para una logística de última milla satisfactoria

Un almacén bien gestionado y optimizado es fundamental para una logística de última milla exitosa. De hecho, las estrategias implementadas en el almacén tienen un impacto directo en la eficiencia, la puntualidad y la satisfacción del cliente en la etapa final de la entrega.

Atención a estos pilares:

 

1. Optimización del almacenamiento y la preparación de pedidos

La ubicación del almacén debe elegirse cuidadosamente contemplando cuál es la zona de reparto, teniendo en cuenta factores como la densidad de población, la accesibilidad y la proximidad a las redes de transporte.

Un sistema de gestión de inventario (SGA) adecuado permite optimizar la ubicación de los productos dentro del almacén, minimizar los tiempos de búsqueda y preparación de pedidos, y reducir el riesgo de errores.

También es necesario poner atención en la preparación de pedidos. Implementar tecnologías como el picking por voz o la identificación RFID, será decisiva en esta etapa. 

Finalmente, un etiquetado claro es fundamental, así como el embalaje, que debe ser resistente y proteger bien los productos.

 

2. Integración con sistemas de transporte y seguimiento

La integración de un Sistema de Gestión de Transporte (TMS) con el sistema de gestión de almacén (SGA) permite optimizar las rutas de entrega, asignar los pedidos a los conductores de manera eficiente y realizar un seguimiento en tiempo real del estado de las entregas.

Por otra parte, la implementación de tecnologías de seguimiento, como el código de barras, RFID o GPS en los paquetes permite a las empresas y clientes rastrear la ubicación de los productos en tiempo real, proporcionando mayor visibilidad y control sobre la cadena de suministro.

 

3. Comunicación y colaboración con los transportistas

Es fundamental adoptar sistemas automatizados que permitan una comunicación fluida entre el almacén y los transportistas, y faciliten información real sobre el estado de los pedidos, el tiempo de preparación o las posibles incidencias, para una mejor coordinación de las entregas.

 

4. Flexibilidad y capacidad de adaptación

Tanto el almacén o centro de distribución como las empresas de transporte deben contar con planes de contingencia para gestionar picos de demanda estacionales o eventos especiales, escalando la capacidad de preparación de pedidos y transporte de manera eficiente.

En la capacidad de adaptación también es importante estar al día de las nuevas tecnologías aplicadas al sector de la logística, así como una cultura de empresa que potencie la mejora continua. 

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