Cómo se organiza un almacén en 7 pasos

Cómo se organiza un almacén en 7 pasos

Nos gusta pensar que los almacenes son lugares funcionales, despejados, donde hay un sitio para cada cosa y cada cosa está en su sitio. Pero la realidad es que en muchas empresas el almacén no se parece a esa foto idílica que todos tenemos en mente.

Con el trabajo del día a día, muchas veces no es sencillo mantener el orden. Mercancías fuera de lugar, palets que se amontonan donde no deberían, maquinaria que no se guarda al terminar la jornada… Es necesario hacer un esfuerzo para que el espacio de trabajo mantenga un orden imprescindible para facilitar la actividad, conservar la eficiencia y evitar accidentes.

¿Qué puntos hay que tener en cuenta para conseguir una organización eficiente y mantenerla en el tiempo? Te lo contamos a continuación.

 

Ideas de organización para almacenes

La desorganización en un almacén tiene un precio. Se puede llegar a perder mucho tiempo por cuestiones fácilmente evitables: mercancías que no están donde deberían, embalajes que no han sido retirados, un vertido que ocasiona la caída de un trabajador, desplazamientos innecesarios porque el inventario está distribuido sin criterio, errores por mala señalización de las zonas de almacenaje… 

Podríamos seguir enumerando este tipo de “fugas” de efectividad, pero preferimos darte algunas ideas sencillas para mantener el almacén organizado y evitar este tipo de situaciones. Son estas:

 

1. Establece una rutina de limpieza

Que el almacén esté limpio debe ser una prioridad. Es importante que los operarios de cada turno sepan que deben reservar un tiempo para dejar limpia su zona de trabajo a diario: barrer, despejar las superficies de trabajo, eliminar restos de embalajes… De ese modo, el grupo siguiente encontrará un entorno apto para desarrollar su tarea.

La limpieza no solo hace más agradable el entorno de trabajo. Además, elimina riesgos potenciales y aumenta la seguridad. También es importante programar una limpieza en profundidad periódicamente. 

 

2. Crea protocolos para los trabajadores

El personal tiene que estar mentalizado de la importancia de mantener la organización del almacén. Pero eso no ha de ser una idea abstracta, que el trabajador no sabrá cómo llevar a cabo. Es necesario crear protocolos y formar a la plantilla para que los cumpla.

Se deben poner objetivos, que se revisarán periódicamente, con la idea de que las pautas de organización se mantengan y mejoren con el tiempo. 

 

3. Señaliza correctamente

Las marcas en el suelo de los almacenes son importantes para mantener el orden y la seguridad en las operaciones diarias. Indican dónde se puede y dónde no se puede operar, cuáles son las zonas de paso para personas o maquinaria, así como la dirección en las que deben desplazarse. 

Son fundamentales para que los desplazamientos internos tengan sentido y que la actividad de unos no interrumpa o moleste la de otros.

Además, es importante marcar los pasillos, las estanterías, las filas y las distintas secciones del almacén. 

 

4. Organiza el inventario 

Utilizar el sistema ABC para organizar el inventario, según su rotación, es lo más práctico. 

Identifica cuáles son las mercancías con mayor rotación y ubícalas de forma que su manipulación sea lo más ágil y sencilla posible, cerca de las zonas de expedición. 

Agruparlas en una misma zona va a simplificar la tarea de los trabajadores y reducir los desplazamientos. Los artículos más solicitados deben colocarse a la altura correcta para que el proceso de recogida sea más eficaz, sin equipos adicionales como carretillas elevadoras, escaleras de mano, etc.

Crear un sistema ágil para gestionar las mercancías más demandadas contribuye a mantener el orden en el resto del almacén.

 

5. Utiliza un sistema de etiquetado inteligente

Contar manualmente el inventario o los activos del almacén no es eficiente. Y los sistemas de códigos de barras, aunque son un avance, tienen muchas limitaciones. Si deseas disponer del sistema de etiquetado más sencillo y eficiente posible, considera la posibilidad de implantar etiquetas RFID.

Etiquetar todo es fundamental para mantener el flujo de trabajo y la organización del almacén, evitando confusiones y pérdidas de tiempo cuando los trabajadores tratan de encontrar artículos que, a menudo, no están donde deberían.

 

6. Reserva un espacio para la logística inversa

Muchos almacenes no dedican la suficiente atención a la gestión de las devoluciones, y no destinan un lugar para recoger y procesar los productos que retornan. Como consecuencia, se apilan en lugares inapropiados y acaban creando un problema. Eso no sucede implementando una estrategia adecuada de logística inversa

 

7. Haz revisiones periódicas

Los almacenes son espacios vivos, en constante cambio, por eso es importante revisar periódicamente las medidas que se han tomado y actualizarlas si es necesario.

Para eso, es muy recomendable pedir el feedback de los trabajadores. Pregúntales si hay algo que dificulte su labor diaria o cuáles son sus sugerencias para mejorar la organización de su espacio de trabajo. Te darán soluciones.

 

Para una mejor organización, automatiza

Por último, queremos recordarte que no es posible mejorar la organización de un almacén más allá de un punto si no se automatiza la gestión con un software específico para almacenes, como The Warehouse Organizer, o TWO, la solución que hemos desarrollado en SCM Logística para mejorar la gestión de almacén.

¿Quieres conocer TWO? Escríbenos, y te damos todos los detalles.